En mis tiempos no existía nada más que una licencia de caza para toda España y sin apartados de especies a cazar. Igual ocurría con la de pesca.
Hoy hacen falta diecisiete, y con normativas distintas para cada comunidad.
Una verdadera ..... 
También la apertura y cierre era para todos iguales, salvo muy contadas excepciones.
El día 12 de Octubre apertura. El día 6-7 de Enero cierre. Que fácil !!!!!!
Un amigo de mi padre nos invitó a cazar en una finca que tenia por la zona de Aranjuez, coto que han pasado cincuenta años y no he visto nada igual.
El viaje en un 2 cv, desde Málaga y por aquellas fechas se podía haber sacado para un guión de película. En fin, era lo que había.
Aparecimos por la finca una vez recogido al guarda en un bar llamado "la Rana Verde", en Aranjuez, y de allí al campo. Madre mía !!!!!

La entrada era paralela a un pequeño arroyo, con agua corriendo y unas inmensas arboledas y sotos.
Los azulones se encontraban como las playas en el verano !!!!!! Las torcaces no le andaban a la zaga !!!! Según el guarda las rabonas y los "cojoneros" estaban también espesos. Sólo nos dijo que al dueño le molestaba que le disparase a las perdices.
Y las había. Las había a miles !!!!!! Y las malditas madres sabían que la guerra no era con ellas !!!!! Lo sabían !!!!
Te miraban con el pico levantado y en los ojos se les podía leer que nos fuéramos al "carajo" y las dejáramos en paz !!!! Los ojos a cuadros se nos quedaron.
Llevamos a "perrete" a un "mil leches", cruce de "chucho" con "callejero" y unas gotitas de podenco y garabito. Perro veterano y con el defecto de tener mal el oído.
Vamos,  que estaba como una tapia !!!!!
Buenos vientos, buen cobro, paraba "algunas veces" pero con tapones en las orejas.
El sábado antes de amanecer ya estábamos listos y con unos nervios que las manos no se tenían quietas.
Dieciocho años !!!!!! y un coto para nosotros solos.( UN COTO, con mayúscula )
A las ocho y algo pasamos a tomar el desayuno y ver como haríamos la jornada.
Terminar y el guarda en el Land-Rover nos llevó al comienzo del arroyo indicándonos por dónde deberíamos cazar y que él estaría por los alrededores.
Por cierto que a una pregunta nuestra, nos comentó que por esa zona, NADIE tiraba a los zorzales, NADIE !!!!!
Mi colega se adelantó hacia el final de la arboleda y yo sujetando al perro, esperé un tiempo hasta que calculé que ya estaba en postura.
Entré por un talud, arenoso y con gran cantidad de espadañas, el perro lo perdí de vista pero oía el cascabel que tenía en el cuello. Al poco de entrar empecé a oir a mi colega de soltar "cohetes" de " dos en dos", no existían la repe o mejor dicho, no las teníamos con nosotros. En el trajín de ir apartando los carrizos y las espadañas dejé de oir el cascabel. Dios, donde estaría el "sordetas" !!!!
Despacio, intentando hacer el menor ruido, con los ojos que se salían de las órbitas, el corazón a tope, la adrenalina para explotar !!!
Sobre un viejo y seco taraje, el "sordetas" estaba "puesto" como si fuera un "pachón".
Ese momento lo habré vivido cientos, tal vez miles de veces y nunca es igual !!!
Cuando vez al perro, parado, como una estatua, el mundo se para !!!! Dejas de sentir !!!!
Sólo tu corazón se acelera y la sangre se agolpa de tal manera que estás cerca de una aploplejía.
Tengo por costumbre, antes de romper la muestra, hacer una "radiografía ocular" del lugar donde va a resultar el "lance". Posibles salidas, dificultad del tiro y todos los posibles inconvenientes y hay que hacerlo en segundos. Me acerco rompo muestra y un "cojonero" sale lanzado como un cohete. Pum, pum y caso raro, se queda en el segundo tiro dando una voltereta "preciosa". Cargo, el perro a cobrar y al cerrar el arma siento un "rastrillazo" que podía haber arrancado el taraje. Una de las "amigas" de D. Paco.
Mejor dicho "un amigo", un "liebro" como un "segajo" (chivo).
Al encararme la escopeta, décimas de segundo, el animal quiebra y se mete por la barranquilla donde el "sordetas" venía con el "cojonero" en la boca. La madre que la parió !!!!! El perro que no la esperaba se quedó de "piedra" y la "orejona" pegó un bote que pasó por lo alto. No pude tirar ni una sola vez. Me la jugó.
Han pasado años y años y años y la estoy viendo en el aire y al perro con una cara como la mía, AGILIPO...DA !!!! Bueno me dije, de momento vamos bien, un lance un cobor!
Y el colega a "cohetazo" limpio.
Sigo al filo del arroyo, una especie de revuelta y al llegar a ella un bandito de
azulones y azulonas que casi me quitan la "paralela" de las manos.
Me "lio" me "aturrullu", PUM-PUM .... a seguir volando. Ni una plumita !!!!
A seguir !!!
Al poco siento al perro de empezar a latir y los latidos cada vez más cerca.
Un gran espeso de "matagallos" y "juagarzos" y una vereda por el centro, limpia como los chorros de oro".
Los latidos prácticamente encima y veo por la vereda dos liebres con sus orejotas “plegás” en los lomos venir a toda pastilla y el perro a toda caña detrás de ellas.
Me voy con la primera, PUMMMM, veo que mete la cabeza entre las manos y da unas cuantas vueltas. Me voy con la segunda y cuando voy a disparar el animal da un quiebro y desaparece entre las matas. Estaba como un niño con zapatos nuevos !!!!
Tuve que cobrar yo la liebre, el perro no le prestó atención, salió sobre el rastro de la segunda,  yo a voces con él. Como estaba como estaba, ni caso.
Me siento a esperar y a poner a "mear" a lo que tenía matado cuando veo al "sorderas" venir con la otra liebre en su boca. Me quedé con la boca abierta como un pan "cateto".
Al parecer al realizar el primer disparo y al venir los animales en fila, los dos se llevaron su parte. No recuerdo que al paso de los años me volviera a pasar algo parecido con liebres. Hasta llegar a donde estaba mi amigo, nada de nada. Azulones, liebres, torcaces, a "mogollón" pero fuera de tiro. Llego y el colega estaba sentado en el suelo con la escopeta abierta. Me mira y se pone a reir a carcajadas, se había quedado sin cartuchos !!!! Se había entretenido en largar un ciento de tiros en menos de una hora y pico !!!
Primero fueron los patos, luego los zorzales y entre plumas y plumas también se volteó a un par orejonas que tuvieron la mala suerte de pasar por aquellos "lares".
Nos repartimos la "munición" restante, y nos fuimos saliendo del rio hacia una vega sembrada de remolacha de camino de vuelta hacia la finca. No debíamos de haberlo hecho. Las perdices parecía que se habían reunido de romería.
El perro como loco. Carreras para arriba !!!! Carreras para abajo !!!!
Las liebres salían casi en piarillas, fuera de tiro.
En esos momentos no sabes que hacer. Te entra una empanada mental de tres pares de "cataplines". Tuvimos que rehacernos y volver hacia donde habíamos salido pero rebasado la zona de arboleda alta.
Entramos "en mano" y al poco de entrar, siento como me grita " ahí lo llevas !!!"
" ... no sé lo que es"!!! Es enorme !!!!! !! Qué  bichooo ! Los ojos se me salían !!!!
Al momento veo un pájaro grande, grande, con una cola larga larga !!
PUM-PUM y cosa rara, al suelo. Era mi primer faisán salvaje. Precioso !!
Un macho enorme, bonito, bonito, bonito. Cuando llegó mi amigo no sabía lo que yo había matado.
Nuevamente en marcha. Llevaríamos andado más de medio soto, no habíamos visto nada de pelo, solo algunas salidas por entre los matorrales pero sin poder realizar ningún disparo. Y otra vez a padecer. Un bando. Otro bando. Otro bandito!!!!
El perro agotado de tanta carrera. Y las perdices se lo estaban pasando "pipa".
A la mier..a !!!! Al "soto-bosque" a los zorzales !!!!. La misma operación pero al revés.
Me adelanté y el colega de ojeador. Una delicia, una auténtica delicia.
Cuando todo queda tranquilo, comienzan los ruidos "normales" del sotobosque y del campo. Lo primero que entró fue un bando de torcaces, a tiro, cosa rara. Dos quedaron para el "puchero". Luego zorzales y zorzales !!!! Y casi todos se fueron a criar !!!!!
Prácticamente mi amigo estaba ya casi llegando cuando del centro de la caja del rio, donde estaba el perro, sentí un gran estruendo. Un bando, pero un BANDO de azulones.
Salieron para todas partes. Mi amigo le vi de hacer un doblete realmente magistral.
Yo me tuve que contentar con una patita y eso que casi me quitan la escopeta de las manos.
El guarda que viene el coche a recogernos y para la finca.
Sin darnos cuenta estábamos prácticamente sin cartuchos.
Vaya mañanita !!!
Pero las perdices no se salían de mi mente !!!!!
Al guarda le extrañó los pocos conejos que habíamos tirado. ( Nos había estado siguiendo y observando con los prismáticos), y nos felicitó por no haber disparado a las perdices.
A comer, descansar y por la tarde a por los conejos.

Al llegar el guarda para recogernos, tuvimos que meter en brazos al pobre "sordetas", estaba literalmente reventado.
Hasta la finca por una serie de carriles mejores de piso que las carreteras generales.
Llegamos a la finca, el perro se llevó a una perrera con suficiente comida y agua.
Una buena ducha y al comedor a reparar y reponer energías.
Las paredes del comedor eran la historia cinegética de la finca.
Cuadros con fotografías donde se podían observar "tapices" verdaderamente increíbles de perdices abatidas en los ojeos, anotaciones, manuales de fecha y cantidad exacta de animales cobrados. Personajes de todo tipo. Artistas, toreros, políticos y varias con Alfonso XIII. También con el anterior Jefe del Estado, Francisco Franco.
Tanto Paquillo como yo mirábamos y admirábamos las fotografías intentado reconocer en las mismas a los personajes que allí estaban plasmados
Recuerdo una en la que aparecía el Rey Alfonso XIII con dos linces abatidos en una cacería y otra de una señora con una extraordinaria percha de gansos salvajes.
Realmente precioso.

Sólo con ver aquellas fotos y oler lo que vendría después era el sumum !!!!!
Estando ya en los postres y esperando el "cafetito" hizo acto de presencia D. Gustavo, dueño de aquella joya de finca y de otras tantas que no le tenían nada que envidiar a esta. Saludos, abrazos, y dirigiéndose a mi amigo Paco le dijo  ... os quiero pedir un favor. Ahora salgo hacia Badajoz a resolver unos problemillas del campo y mañana

 estaré sobre medio día aquí para despedirme de vosotros y he pensado que si no os importa, que intentéis cobrar un par de docenas de perdices y los faisanes que podáis, ya que quiero hacer unos regalos en Madrid".
Supongo que la cara que se nos quedó hubiera sido digna de ser plasmada en una fotografía. Me pidió las llaves del 2 cv,  y nos dijo que en nuestro dormitorio teníamos un pequeño obsequio de su parte para nosotros. Se despidió y se marchó.
Dábamos auténticos saltos pensando en lo que se nos acababa de decir.
La curiosidad nos picó de tal forma que salimos disparados para nuestra habitación.
En cada cama había un paquete perfectamente preparado para regalo y una tarjeta en lo alto. La tarjeta era de D. Gustavo con el siguiente texto " ... espero que lo paséis bien y muchas gracias". El paquete un cajón de 250 cartuchos ORBEA 41 ORO para mí el mejor cartucho que se ha fabricado en el mundo.
Luego supimos que las llaves del coche eran para que se nos llenase el tanque hasta arriba. Al poco llega el guarda acompañado de un chavea de unos 12-14 años.
Era su sobrino ya que al no haber tenido hijos estaba criando a este chaval.
Lo primero que nos dice que a él la caza le encanta pero que no le gustan las escopetas.
Lo suyo era la perra veterana de su tío, una "cachaba" con una porra recubierta de acero y su maravillosa vista.
Su táctica muy simple. Cuando la perra señalaba algún conejo, sus ojos atravesaban las matas para localizar el animal a abatir y si no lo cogía a dientes la perra, él se lo cepillaba de un buen "cachabazo". Simpático chavea. Nos llevaron a una parte de monte muy bonito.
A Paquillo se le puso en un pequeño cerrete en unos lentiscares estando a sus espaldas unos tremendos apretados de monte alto, encinas y un largo bosque de álamos blancos.
Paco le tira más la pluma que el pelo. Pegarle le pega a las dos pero era una maravilla verle tirar a las aves.
Me costó trabajo convencer al guarda para que quedase él en postura y que su sobrino y yo los que fuéramos bajando hacia una mancha de junqueras.
La postura era sobre unas piedras y había que ser muy rápido de reflejos.
La bajada hacia la postura era todo de monte bajo, rematando a unos veinte-treinta metros en unas junqueras enormemente grandes.
Esos metros eran totalmente pelados pero era prácticamente la única huida natural para la salvación de los animales. Lentamente comenzamos a bajar, cazurreando la perra y pendiente del chavea del que no perdía ojo.
Yo no dejaba de ver como se estaban "escurriendo" los "lagomorfos" cuando siento un suave silbido. La perra señalando en un espino. Las orejas rectas, la cola con movimientos en auténtica "cámara lenta". Las fosas nasales dilatadas. El cuerpo totalmente en tensión. Alucinante !!!!
Veo que llega el rubiales, casi sin hacer ruido. Pasa de un lado del espino al otro.
Empuña la "cachaba" con las dos manos y .... sacude un palo que tembló el monte.
Se agacha, mete una mano y saca a un "rabiblanco" totalmente "despenado".
Yo flipaba en colores !!!!!! Jamás había presenciado nada igual !!!!!  Menudo cazador !!!! Volvió a intentarlo en dos o tres ocasiones sin tener suerte.
La perra, a diente, también cogió varios. Muy despacio. Este tipo de caza se debe hacer lo más lento posible. Hay que repasar todas y cada una de las matas por muy insignificantes que sean. Los disparos de Paquillo cada vez eran más seguidos y el guarda también hacía de cantar a mi vieja paralela.
De mis botas salieron más de media docena de orejonas que al contrario que los conejos, corrían hacia arriba, buscando coronar y desaparecer al otro lado de la colina.
Me subí un poco con el fin de poder ver al guarda, pues estábamos ya muy cerca de la postura.  Casi una hora llevaríamos, o tal vez más.
Rompen dos conejos como unos auténticos cohetes hacia su salvación en los juncos.
Son solo unos pocos de metros. Pequeñas piedras salen despedidas de entre sus patitas.
Ahora lo veo a cámara lenta.
Encare de escopeta, PUMMM - PUMMM doblete super genial ya que quedaron a milímetros de entrar en los juncos.
Intenta cargar y cuando tenía un solo cartucho en la recámara, otro "obús peludo" hacia las junqueras. PUMMMM y el animal fue a estrellarse, ya muerto, en los mismísimos juncos. Joder con el guarda !!!!
Tenia una media docena muertos y me comentó que no había tirado más, no había querido. Al principio le entraban "zorreadetes" y a veces de dos en dos y hasta de tres en tres. Aún cuando la tarde ya estaba bastante avanzada, dejamos que Paquillo siguiera con su tarea en el paso. Nosotros con el coche nos fuimos al final de los álamos para en subida llegar a la postura donde estaba mi colega. La arboleda hacía linde con un baldío y monte pelado con gran cantidad de tomillo. Apretados de lentiscos y fuertes macizos de coscojas.
Yo me coloqué al filo y el chavea y el guarda con la perra por dentro de la arboleda.
La verdad es que cuando tienes tal densidad de caza, ya no te esfuerzas lo mismo.
Me salieron muchas, tal vez demasiadas liebres. De todas maneras, no les hice NI PUTO CASO !!!!
El guarda me había comentado que en esta arboleda, generalmente, se recogían algunos banditos de faisanes y hasta con un poco de suerte se podría tirar alguna que otra torcaz.
Las torcaces salían en cantidad y como de costumbre fuera del radio de acción de mi escopeta. Como decía mi padre " ... para calentar la mano", tiré y volqué cuatro conejos y otros tantos que se fueron completamente limpios. Y  lo que estaba deseando llegó !!!!
Los que estaban por dentro de la arboleda empezaron a gritar " ... FAISANES, FAISANES, FAISANES" Ya lo he dicho muchas veces, la adrenalina y la tensión se hacen insoportables. Les veo, vienen rápidos, sorteando los árboles. No han detectado mi presencia. Intento reportarme. Sale en primer lugar una faisana. Más pequeña que el macho y con un vuelo mucho más rápido. Pummm, al suelo. Cargo lo más rápido que me dan las manos. Dos faisanas y un macho que salen a campo abierto. Meto el punto de mira en el macho, pummm, seco en el aire. Me voy con una de las hembras ya a una distancia más que respetable. PUMMM,  quedando literalmente frita !!!!
Ni yo mismo me lo podía creer. Había realizado "casi" un triplete !!!!
Algo para contar el día de mañana a mis nietos. Volví a sentir las salidas de estos "plumíferos" pero no rompieron por donde a mí me hubiera gustado.
Estando ya casi llegando a la postura, un bandito de torcaces. PUMM-PUMMM y una de ellas plegó alas y pasó al morral.
Mi colega no había perdido el tiempo. Según nos comentó, al principio no se quedó en la postura. Le dio un repaso a los álamos por el lado contrario por donde nosotros acabábamos de llegar. Cuatro faisanes, doce torcaces y un buen montón de zorzales.
Nos dijo que si hubiera querido al menos media docena ó alguna mas de liebres las habría podido poner "panza arriba".
Cosa curiosa, no habíamos visto ni una sola perdiz. Recoger los bártulos al coche y para la finca. Maravillosos momentos !!!!
Así viva cien años, nunca olvidaré aquel final de semana !!!!
Y al día siguiente nos esperaban nuestras "amadas y queridas" patirrojas !!!!!